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Día mundial sin tabaco
El tabaco es actualmente la principal causa de muerte evitable en el mundo.
Fumar tabaco es un factor de riesgo conocido en muchas infecciones respiratorias que aumenta la gravedad de este tipo de enfermedades. Tras revisar diversos estudios, un grupo de expertos en salud pública reunido por la OMS el 29 de abril de 2020 estableció que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer COVID-19, en comparación con los no fumadores.
La COVID-19 es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones. El tabaquismo deteriora la función pulmonar, lo que dificulta que el cuerpo luche contra esta y otras enfermedades. El consumo del tabaco es además un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias y la diabetes, y las personas que padecen esas enfermedades tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de verse afectadas por la COVID-19.
A los 20 minutos de dejar de fumar se reducen la tensión arterial y la frecuencia cardíaca elevadas. A las 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en el torrente sanguíneo vuelve a la normalidad. A las 2-12 semanas, mejoran la circulación y la función pulmonar. A los 1-9 meses se reducen la tos y la disnea.
Algunas de las tácticas que las industrias tabacaleras y otras industrias relacionadas utilizan para comercializar sus productos entre niños y adolescentes son:
- Ofrecer más de 15.000 sabores, la mayoría de los cuales resultan atractivos a ese grupo de población.
- Utilizar mercadotecnia y servirse de personas influyentes en las redes sociales.
- Patrocinar eventos y fiestas.
- Otorgar becas escolares.
- Utilizar diseños elegantes y sexis.
- Utilizar la colocación de productos en medios de entretenimiento.
- Ofrecer muestras gratuitas de productos.
- Comercializar cigarrillos sueltos para hacer que la adicción sea menos cara.
- Vender productos a la altura de los ojos de los niños.
- Utilizar la colocación de productos y otros tipos de publicidad cerca de escuelas.
Los niños y adolescentes que consumen cigarrillos electrónicos tienen al menos el doble de probabilidades de fumar cigarrillos normales más adelante en su vida.
El uso de cigarrillos electrónicos aumenta el riesgo de padecer cardiopatías y afecciones pulmonares. La nicotina de los cigarrillos electrónicos es una droga altamente adictiva y puede dañar el cerebro en desarrollo de los niños.